ESTUDIANTES
Caso 1. ¿Dónde encajo mejor?
Mónica está terminando la carrera. Está haciendo el Proyecto Fin de Carrera y le quedan 4 asignaturas. No ha ido sacando un curso por año, pero es una buena estudiante en general, con muchas inquietudes. De hecho, ha tenido que trabajar de vez en cuando para sufragarse sus gastos.
Le encanta planificarlo todo. También organizar eventos de todo tipo. Y que todo salga bien y la gente disfrute, claro. De hecho, lo hace tan bien que sus amigos siempre le piden que organice las fiestas y viajes. Y en la Cruz Roja, donde colabora desde hace dos años, hasta se encarga ya de la logística de las campañas de Navidad en la ciudad en la que vive.
Ha empezado ya a buscar trabajo. En principio, algo relacionado con la electrónica, la especialidad que eligió y de lo que va su PFC. Aunque de momento, no encuentra nada ni tiene buenas perspectivas de hacerlo. No sabe muy bien cómo orientar su carrera profesional. Se preguntas cosas del tipo:
- ¿Debería centrarse en explotar los conocimientos especializados que ya tiene en electrónica?
- ¿Debería por el contrario abstraerse de sus conocimiento y centrarse en sus competencias personales de planificación y organización, que además es con lo que realmente disfruta?
- ¿Qué importancia tiene realmente el talento de cada individuo en el mundo laboral? ¿Se llega a explotar de verdad? ¿Qué posibilidades hay dentro de una empresa de ir adaptándose para hacer mejor uso de ellos y de paso mantener la motivación con algo que realmente te gusta hacer?
- ¿Cómo se pueden conocer qué otros talentos se pueden tener que no se hayan contrastado todavía? (por ejemplo, en la carrera no hay exámenes de comunicación, liderazgo, visión estratégica, etc…)
- ¿Qué pinta tiene el ‘trabajo ideal’? ¿Qué hay que sopesar? ¿Cómo se podría evolucionar en el tiempo? ¿En qué tiene uno que sembrar hoy para recolectar mañana?
PROFESIONALES JUNIOR
Caso 1. Estoy al límite, necesito un cambio… ¿pero cuál?
Enrique está desorientado (y agobiado). Se dedica a hacer pruebas de laboratorio de nuevos producto de acceso radio, lo último en tecnología inalámbrica.
Es un gran profesional, muy responsable y muy perseverante. Trabaja hasta 60 horas muchas semanas. Lleva ya un año y medio así, desde que empezó. Ha ido cada vez a más. Lo peor es que su trabajo no le motiva nada y no ve posibilidad de proponer su otra manera de hacer las pruebas. De más joven sí que andaba siempre poniendo en marcha iniciativas en el barrio, disfrutaba organizando competiciones deportivas. Ahora no encuentra la manera de reconducir sus ideas. Además, no se siente reconocido por todos los sacrificios que hace y por terminar a tiempo los planes de prueba. Eso sí, trabaja en una gran multinacional. Cuando aceptó el trabajo, pensó que eso le permitiría tener una carrera muy interesante.
Ha intentado cambiarse a cualquier otro departamento pero su jefe no le facilita el cambio, es crítico en el proyecto actualmente. No encuentra ni tiempo para pensar qué quiere hacer. Le asaltan las dudas siguientes:
- Si tan crítico es, ¿por qué no se siente valorado? ¿qué hace falta para que lo valoren de verdad?
- Está claro que esto de estar todo el día haciendo pruebas en un laboratorio no le gusta pero, ¿qué le gusta a él realmente y en qué es bueno? Si tuviera dos años más de experiencia, ¿lo sabría mucho mejor?
- Enrique está al límite y su jefe no parece que quiera ayudarle. Está planteándose seriamente pedirle consejo a recursos humanos como último recurso y, si no lo ve claro, cambiar de empresa y buscar trabajo en el extranjero (ha oído que afuera te valoran más y de paso aprende otro idioma). Aunque por otro lado piensa… con una crisis galopante como la actual, más valdría aguantar el chaparrón y esperar mejores tiempos (con un poco de suerte, en un par de meses podrían sustituir al jefe)
Caso 2. La tentación se viste de jefe
Lucía lleva tres años trabajando en una empresa pequeña que está desarrollando, y vendiendo ya, una solución de diagnóstico de problemas en red muy innovadora. La compañía va bastante bien, están creciendo muy rápidamente.
Como mucho otros, Ana empezó desarrollando código, es de lo que más trabajo había. Ha trabajado muy duro, con mucho entusiasmo. Ella dice que su jefe está muy contento. Ha cogido soltura rápidamente y su contribución es importante. Además, tiene capacidad no sólo para programar muy rápidamente sino para entender bien los protocolos de red y proponer mejoras en los complejos algoritmos de diagnóstico. También le gusta ayudar a los dos becarios del departamento. Siente que aporta mucho, cada día más. Se siente muy feliz, está orgullosa.
Ha surgido un nuevo proyecto de desarrollo pequeñito en el que buscan a un coordinador técnico que casi dejará de hacer código. Le han insinuado que están barajando ofrecérselo a ella, a quien coger esa responsabilidad le parece una buena oportunidad para ponerse en el camino de la gestión, donde se tiene más responsabilidad y se gana más. Tiene pocas opciones por el tiempo que lleva, pero le ha dado que pensar. Se pregunta lo siguiente:
- ¿Realmente es tan buena programando o los resultados que ha tenido son más bien fruto de las muchas horas que le dedica?
- ¿Le están insinuando la posibilidad de hacer gestión porque tiene talento para ello o porque no tienen mejor opción ahora mismo?
- Hasta ahora no se había planteado verdaderamente qué hacer en el futuro. Le cuentan sus compañeros que si quiere progresar en su carrera y ganar más, la única forma es hacerse jefe ¿debería proponerse voluntaria para el puesto o debería aprovechar la oportunidad de seguir desarrollando sus capacidades técnicas en un producto tan innovador para plantearse más tarde alguna evolución?
- ¿Cuáles son los caminos típicos que sigue gente con su perfil?
Caso 3. ¿Qué refuerzo, talentos o experiencia?
Ana es carismática. Siempre tiene una sonrisa en la cara. Se relaciona y empatiza perfectamente tanto con sus compañeros como con sus jefes y su cliente. También es muy perspicaz para identificar oportunidades de negocio y tiene gran capacidad de convicción para llevar sus ideas a la práctica.
Así es. En realidad, siempre ha sido así, y así lo ha disfrutado. Cuando organizaba los viajes fin de curso y vendía más entradas que nadie. Cuando hacía trabajos de grupo en el instituto y convencía a sus compañeros sobre cómo enfocarlo, y por supuesto hacer la exposición.
Ana es una de esas relativamente pocas personas que trabaja en I+D en España. Lo hace desde hace cinco años en una empresa puntera en realidad aumentada que está comenzando a desarrollar su negocio por Latinoamérica, donde han abierto dos nuevas sedes y están formando nuevos equipos comerciales. Hace algún tiempo que su pareja le viene sugiriendo vivir una experiencia internacional. Ana se plantea lo siguiente:
- Intuye fuertemente que tiene capacidades innatas de comunicación, motivación y visión de negocio, pero no ha podido contrastarlas bien a nivel profesional ¿debería solicitar un puesto en las nuevas sedes comerciales y abandonar su carrera en I+D de vanguardia para centrarse en lo que intuye que son sus fortalezas? ¿Es demasiado pronto para dar un salto tan grande? ¿Convendría hacerlo más gradual? (buscar por ejemplo un puesto de soporte técnico a ventas)
- ¿Debería por el contrario seguir haciendo trabajo técnico en I+D para mantener y reforzar el atractivo que tiene ahora en el mercado laboral? ¿Debería reforzar sus talentos menos distintivos con algún tipo de formación o proyecto para conseguir polivalencia y tener un perfil más completo?
- Alternativamente, ¿tendría sentido hacer un camino de ida y vuelta para adquirir una mínima experiencia comercial que complemente su experiencia para luego continuar su carrera allí donde más experiencia tiene (I+D)? Y en tal caso, ¿qué puestos en I+D se adaptarían mejor a sus talentos?
- ¿Dónde situarían idealmente las empresas a Ana y cuándo?